El enfrentamiento ha empezado en clara desventaja para los
de l’eixample, estaban dormidos y apenas defendían. “La primera parte ha
sido un desastre” comenta una jugadora, “no jugábamos a nada”. Siete puntos de
diferencia separaban a los equipos.
Pero, en la segunda parte, las sensaciones han sido mejores.
Se notaba más intensidad y más acierto por parte del equipo de casa que ha
empezado a remontar, aunque la motivación no ha durado mucho. Al final, el
marcador se ha vuelto a igualar para dejar paso, ya en los últimos minutos, a
esos cinco puntos de diferencia que han decidido el partido.
La sensación general del equipo es de insatisfacción, tanto
con el resultado como con el juego. Según el equipo, podían haber trabajado más,
no lo han dado todo y eso ha provocado la derrota. El cambio de actitud en el
equipo no se ha visto reflejado en el partido de hoy, que ha dejado caras largas
entre el conjunto.
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